El vocabulario de origen árabe es especialmente significativo en campos en los que esta cultura realizó una aportación destacada a los pueblos peninsulares, como, por ejemplo:
a) La agricultura: acequia, alcachofa, algodón, azúcar, noria, albaricoque, aceite, albahaca
b) La guerra: alférez, tambor, alfanje, adalid, almirante, arsenal
c) Comercio y manufacturas: aduana, tarifa, arancel, arroba, tarea, alfarero, alcancía, abalorio, alhaja, alicates
d) La cocina: alfajor, albóndiga, almíbar, almirez, arrope, taza
e) La construcción: adoquín, alcázar, alcoba, alféizar, aljibe, adobe, alcantarilla, azotea, azulejo
f) Topónimos: Alcalá, Albacete, Guadalquivir, Algeciras, Gibraltar, Murcia, Guadalajara, Guadiana
Una mención aparte merece el vocabulario científico. A esta lengua le debemos léxico en los siguientes campos:
g) Matemáticas: cifra, álgebra, algoritmo, guarismo
h) Astronomía: cenit, nadir, Aldebarán, Rigel, almanaque, azimut
i) Alquimia: azufre, alambique, redoma, elixir, álcali, azogue
j) Medicina: nuca, jaqueca, jarabe
El castellano normalmente incorpora al nombre el artículo árabe con la forma al- (como en alcachofa) o a- (como en azúcar).
En esto coincide con el gallego y el portugués. El catalán, en cambio,
se alinea aquí con las otras lenguas de Europa, que tienden a retener
sólo el nombre desechando el artículo. Compárese:
Cast. azúcar, gall. azucre, port. açúcar
frente a
Cat. sucre, fr. sucre, ing. sugar, it. zucchero, al. Zucker, checo cukr
Todas estas son palabras tan arraigadas que difícilmente se podría
concebir sin ellas el español. De hecho, el hablante normal y corriente,
es decir, el que no tiene conocimientos de historia de la lengua, nunca
pensaría que proceden de una lengua diferente.
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