Forma de ser
La cultura
marroquí está profundamente enraizada en el Islam. Cuando tienen suerte
suelen atribuir la causa a Alá, y suelen pronunciar la frase Insha'allah (si
Dios quiere). Los marroquíes valoran especialmente la familia, el
honor, la dignidad, la generosidad y la hospitalidad. Las mujeres
tradicionalmente están limitadas a roles domésticos, pero en las áreas
urbanas reciben más formación y pueden incluso encontrar trabajo fuera
de casa.
Familia
Una familia
extensa es el elemento más importante de la sociedad marroquí. La
familia de cada uno es una fuente primordial de reputación y de honor, a
la vez que proporciona el apoyo psicológico y económico necesario. La
poligamia es legal (un hombre puede tener hasta cinco mujeres), aunque
no se practica frecuentemente. Las bodas son un acontecimiento muy
importante y se celebran durante dos días. Durante el primer día las
mujeres de la familia se reúnen para cantar y bailar y decoran las manos
y los pies de la novia con henna (un tinte rojo vegetal). El segundo
día las familias del novio y de la novia celebran la boda juntos. En la
sociedad árabe tradicional, los mundos en los que se mueven mujeres y
hombres suelen estar separados, los hombres dominaban la vida pública y
familiar, mientras que las mujeres estaban limitadas a las labores
domésticas. Hoy en día, sin embargo, muchas mujeres marroquíes trabajan
fuera de la casa y tienen menos restricciones sociales. Además, las
mujeres de origen Berebere tradicionalmente han disfrutado de más
libertad, trabajando y participando en la vida social. En el sur existen
tribus nómadas que viven en el desierto, asentados en oasis o zonas con
recursos acuíferos y algunos viven en tiendas en las zonas altas y
viven del pastoreo.
Tiempo libre
El viernes es el día
festivo en Marruecos. A los marroquíes les gusta pasar el tiempo libre
reunidos con los amigos y charlando. Los hombres suelen frecuentar los
cafés, donde fuman, beben café o té y comentan los asuntos locales. Las
mujeres en cambio se suelen reunir en las casas. Los hombres y las
mujeres no suelen disfrutar del ocio juntos, e incluso las parejas de
las zonas rurales salen por separado, mientras que las de las áreas
urbanas lo hacen en grupos mixtos. Los hombres suelen salir a cafés
públicos, especialmente los fines de semana, durante las vacaciones o
las noches del Ramadán. Los deportes favoritos son el fútbol, el basket y
el cross (algunos de los corredores más rápidos del mundo son
marroquíes)
Fiestas
Las celebraciones
más importantes en Marruecos son fiestas religiosas musulmanas, que
generalmente se celebran visitando a la familia, disfrutando de una
comida especial e intercambiando regalos. Durante el Ramadán no está
permitido comer ni beber desde el amanecer hasta el atardecer y el fin
de este periodo se celebra con la fiesta llamada Eid al-Seghir: la gente se pone ropa nueva, se visita la mezquita y disfrutan de una fiesta todos juntos.
Eid al-Kebir es
la fiesta favorita de los niños y niñas marroquíes, en ella se celebra
el sacrificio de Abraham a su hijo, y tiene lugar a continuación de la
fecha de peregrinación a la Meca. Los miembros de la familia viajan para
estar todos reunidos, generalmente en casa de los abuelos. A los más
pequeños se les regalan caramelos y dinero, y se sacrifica un cordero.
Su piel se cura al finalizar la fiesta, las familias se quedan con un
tercio de la carne, dan otro tercio a la familia y amigos y distribuyen
el tercio restante a los pobres. También celebran el día del nacimiento
de Mahoma, la fiesta llamada Mouloud, y otras festividades religiosas a lo largo del año, llamadas Moussems. Dado que los musulmanes utilizan el calendario lunar, con meses de 28 días, las fechas de estas celebraciones varían cada año.
Vestido
Aunque el estilo de
vestir occidental está muy extendido en Marruecos, la prenda nacional es
la chilaba, una túnica con capucha y largas mangas que llega hasta los
tobillos y que visten tanto los hombres como las mujeres de las zonas
urbanas. La forma de vestir de las mujeres amazige varía dependiendo de
las regiones, pero generalmente se cubren la cabeza con pañuelos. Al
entrar en la mezquita, los marroquíes deben cubrir enteramente sus
cuerpos, dejando solamente a la vista la cabeza y las manos, y se quitan
los zapatos.
Alimentación
Los alimentos más consumidos en Marruecos son el pan y el Couscous (granos
muy menudos de sémola de trigo cocidos al vapor), que generalmente se
come los viernes. El cordero, el buey y el pollo son las carnes
principales de la dieta marroquí. Entre los platos más populares se
encuentra kefta, que consiste en carne de cordero o de buey picada y que se cocina sobre carbón vegetal. Otro plato muy popular es el Tajine un
guiso hecho de varios tipos de carnes y verduras, que se cocina en una
olla de barro con una tapa de forma cónica. También la Harira una
sopa de tomate con buey o cordero, lentejas y garbanzos. Los marroquíes
utilizan muchas especies en su cocina, desde la cárdamon o la canela a
los pimientos picantes o el ajo. La bebida nacional es el té a la menta.
Como la gran mayoría de los marroquíes son musulmanes, no comen cerdo
ni beben alcohol.
Educación
Tradicionalmente los niños en Marruecos eran educados en las madressahs,
centros islámicos de enseñanza que están ubicados en las mezquitas y en
los que los alumnos se concentran principalmente en la memorización del
Corán y en los estudios religiosos. Algunas incluso hacían las
funciones de universidades. Todavía son bastante frecuentes por todo el
país. Los niños y niñas marroquíes van tanto a colegios públicos como
privados. En los colegios privados la enseñanza suele ser en francés. En
los colegios públicos los niños y niñas llevan un uniforme específico
de cada centro: las niñas suelen llevar un mandilón sobre la ropa. Las
clases son numerosas, entre 30 y 40 alumnos y alumnas, y allí estudian
árabe y francés en la escuela primaria, y más tarde también inglés,
español o alemán. Todo el alumnado estudia el Islam, que es la religión
mayoritaria. Los niños y niñas en la escuela primaria tienen que hacer
aproximadamente una hora de deberes todos los días, y los mayores, unas
dos horas.
¿Cómo viven los niños y niñas?
A los niños y niñas
marroquíes les gusta jugar en la calle con sus amigos, y también juegan a
las cartas, las canicas, el ajedrez y otros juegos de mesa. A las niñas
les gusta especialmente saltar a la comba, las muñecas y los juegos de
palabras. Los niños suelen jugar con coches y soldados de juguete. Las
pelotas y balones, muñecas, canicas, tabas, peonzas, zancos, columpios o
balancines y tirachinas son juguetes tradicionales, que a veces
fabrican ellos mismos. Las niñas, y a veces también los niños, juegan
también a la rayuela (cascallo en Asturias). El juego tradicional de
pelota del norte de África es una especie de jockey que se juega con una
pelota que puede ser de madera, trapo o cuero y un palo curvado; el
objetivo del juego es lanzar la pelota de un campo a otro, no
necesariamente hacia una meta. También se juega mucho al fútbol, en la
calle, en un campo o en la playa. En la fiesta en la que se celebra el
nacimiento del profeta Mohamed, los niños del Marruecos central fabrican
una especie de molinillos de viento que hacen volar más deprisa
corriendo tan rápido como pueden. Entre los juegos de sala, los más
populares son el futbolín, el billar y el pin-ball.
A los niños y niñas
marroquíes les encantan los juegos y divertirse, pero tienen que seguir
también normas: por ejemplo, a la hora de comer, no deben empezar a
comer antes que sus padres, tienen que comer todo lo que se les pone en
el plato, y deben pedir permiso para levantarse de la mesa. También,
como muestra de respeto, no le hablan a un adulto hasta que se haya
dirigido a ellos. Los niños de las zonas rurales ayudan a cuidar del
ganado o trabajan con los padres en el campo y las niñas ayudan a sus
madres en la casa. Los niños y niñas de las ciudades ayudan en casa
haciendo los recados, y con pequeñas tareas.
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