Los tuareg han sido siempre, en Europa, un producto de la
imaginación popular: jinetes sobre elegantes camellos, viajeros en una
tierra infinita, los últimos pueblos libres sobre nuestro planeta. Su
conocimiento está teñido de ideas románticas, pero la realidad de estos
grupos pastores muestra una difícil adaptación a un medio áspero,
frecuentes períodos de hambre y una libertad restringida a las
necesidades de pastos para sus rebaños, de los que los tuareg son
absolutamente dependientes.
Los tuareg son un pueblo bereber en el desierto del
Sáhara. Cuando se desplazan cubren las necesidades de los animales y
las suyas propias en el camino, puesto que viven en unidades familiares
extensas las cuales van siguiendo a los grandes rebaños a su cargo. En
la antigüedad, se dedicaban a saquear pueblos, controlando además las
rutas del desierto. Las invasiones árabes y hilalianas, en el siglo XII,
les obligaron a adoptar un estilo de vida nómada.
Historia: El término Tuareg o Targi en singular, se
aplica a numerosos grupos que comparten un idioma común y una historia
común. Etnicamente, hay Tuareg de ascendencia Bereber
y de diversos grupos del Africa negra. Las caravanas Tuareg de camellos
jugaron un importante papel en el comercio trans-sahariano hasta
mediados del siglo 20, en que los trenes y camiones tomaron el relevo.
La historia Tuareg empieza en el norte de Africa donde es anotada su
presencia por Heródoto.
A lo largo de los últimos 2.000 años muchos grupos han ido
desplazándose hacia el sur movidos por la presión de las gentes del
norte y por la esperanza de encontrar una tierra más próspera en el
sur.
La colonización, primero, y la descolonización más tarde, (con el
establecimiento de fronteras entre Estados), ha supuesto el fin de las
confederaciones Tuareg y las rupturas familiares en Argelia, Libia,
Malí, Níger y Burkina Faso. Además de esto, la introducción de nuevos
modos de transporte (camiones) y la sequía ha acabado con su economía
nómada.
En 1963, se producen las primeras revueltas Tuareg, especialmente en
Mali y Niger, seguidas de la represión gubernalmental saldada con miles
de víctimas entre la población Tuareg civil. Se estima en más de 1500
víctimas en dos meses en Niger y más de 600 en Mali.
Las sequías de 1973 y 1974, y 1984-85 diezmó la casi totalidad de su
ganado y forzó a muchos Tuareg a sedentarizarse en suburbios alrededor
de los centros urbanos, o emigrar hacia Argelia, Libia, y Nigeria.
Hoy, muchos Tuareg viven en comunidades sedentarias en las ciudades
que bordean el Sahara y que anteriormente fueron grandes centros
comerciales del Africa occidental. La falta de recursos ha obligado a
muchos jóvenes a emigrar a otros paises como Ghana o Costa de Marfil.
Idioma: el idioma Tuareg en sus muy variados
dialectos es parte del troco común Bereber, auque según las zonas, con
influencias Songhay, Hausa y otras. Son los únicos que siguen
conservando la escritura Bereber, llamada Tifinagh.
Sociedad: Esquemáticamente, aunque esta
clasificación se estableciese en la época de la colonización por
administradores que se referían a estructuras feudales típicamente
occidentales, la sociedad tuareg se puede dividir en dos categorías: por
un lado, los “hombres libres” (ilellan, sing. elelli) y, por otro, la “clase servil” (akli, pl. iklan). Ambas categorías incluyen sendas jerarquías de escalones intermedios.
Entre los hombres libres se cuentan la aristocracia guerrera (imajeghan), los religiosos (ineslemen), los vasallos o tributarios (imghad) y los artesanos (¡nadan). En un grupo intermedio, aunque aún libre, los mestizos (ibogholliten) y los libertos (iderfan e ighawellan). Y, finalmente, el grupo de los cautivos (iklan). Los iklan se dedicaban al pastoreo , la cocina y otros quehaceres domésticos.
Normalmente, los grupos de Tuareg sedentarios mantenían una relación
similar a la de vasallaje respecto a un jefe local, comerciante, que les
garantizaba protección a la comunidad.
La sociedad tuareg ha sido casi siempre estudiada a través de los imajeghan, es decir, centrando la atención en la aristocracia guerrera, poseedora, no sólo del poder, sino también del saber.
Economía: durante miles de años, la economía Tuareg
ha girado alrededor del comercio trans-sahariano. Hay cinco rutas de
comercio que se extienden por el Sahara desde la costa mediterránea a
las grandes ciudades del sur del Sahara. Debido a la naturaleza del
transporte y el espacio limitado disponible en las caravanas, los Tuareg
comerciaron normalmente con artículos de lujo, cosas que ocupaban un
espacio pequeño y en que podían obtener una gran ganancia.
Durante varios siglos los Tuareg también comerciaron con esclavos
comprados en el Africa oriental y vendidos a los europeos y a los árabes
de Oriente Medio. Muchos Tuareg se establecieron en las comunidades con
las que ellos comerciaban y hoy día controlan en algunos lugares el
comercio local, actuando además, como representantes para los amigos y
familia que continuan comerciando.
Religión: aunque la mayoría de los Tuareg son
musulmanes su práctica religiosa no es tan estricta como en el resto , y
mientras que son fieles en el cumplimento de las oraciones diarias, no
suelen observar el ayuno durante el Ramadan, especialmente los
comerciantes cuando viajan. Se puede decir que han adoptado algunas
ideas del Islam en la medida de que esto no se contraponía con sus
propias creencias, manteniendo intactos su sistema de justicia y sus
leyes.
Como la mayoría de los musulmanes del norte de Africa, los Tuareg
creen en la presencia continua de varios espíritus (djinns). La
adivinación es realizada a través de los medios del Corán. La mayoría de
los hombres usan amuletos para su proteccion que contienen versos del
Corán. Los hombres empiezan a llevar los velos teñidos de índigo, tidjelmousts, a la edad de 25 años qué oculta su cara entera salvo sus ojos.
Este velo nunca se lo quitan, incluso delante de los miembros
familiares. En cambio, las mujeres no llevan el velo propiamente
islámico sino mas bien una tela que cae sobre la cabeza con el fin de
protegerse del viento y del sol. Los Tuareg pertenecen a la corriente
islámica Maliki como resultado de las enseñanzas del gran profeta, El
Maghili, que fue quien difundió la religión entre ellos a principios del
siglo 16.
Mujer tuareg de Mali
Mujer tuareg de Níger
Vida cotidiana: la vida de los tuareg transcurre
alrededor y dentro de la tienda, que varía según la región de
procedencia. En este ámbito se presenta el montaje de una tienda y sus
principales elementos: cómo se fabrican las esteras, los cojines de
cuero, las separaciones entre los espacios y los grandes sacos donde se
disponen los ropajes y los objetos de valor. Se muestra asimismo la
distribución del trabajo por sexos, haciendo hincapié en el papel de la
mujer en la cultura tuareg. Los ratos de ocio se dedican a la oratoria,
los acertijos y la música.
Si eres observador/a ya te habrás dado cuenta de la cantidad de
joyas y abalorios que llevan las mujeres tuareg. Los artesanos tuareg
consagran toda su inspiración a las artes de orfebrería y el cuero,
especialmente a la confección de joyas de plata, bolsos de gala y
almohadones.
Artesanía: la inspiración surge de una arraigada
tradición simbólica que remite a crencias preislámicas en las que
dominan los motivos decorativos geométricos: la cruz, el damero, la red
de rombos, el triángulo equilátero, las puntas de flecha estilizadas…
Los aderezos y las joyas de plata son confeccionados por los herreros,
una casta despreciada pero temida por los tuareg. Manipulan el fuego y
transforman los elementos, por lo que tienen un contacto especial con
las fuerzas ocultas.
Para terminar este post me gustaría compartir un poema tuareg. Si queréis saber mas sobre este ancestral pueblo del desierto aqui tenéis una información mucho mas extensa.
Hoy he visto una nube en el cielo infinito,
un paño blanco en medio del azul.
Parecía un turbante sobre el árido monte.
Luego he mirado al wadi que hay junto al poblado
y le he dicho: “hermano wadi,
¿te gustaría que esa nube solitaria
descargara su agua sobre tu cauce seco?.
Tu orilla volvería a poblarse de hierba
y yo me quedaría al menos otra luna
engordando a mis cabras”.
Y me contestó el wadi: “Eres un ignorante,
Hermano Mahmoudian.
Las nubes son mujeres caprichosas,
derraman sobre ti la dulce miel de su mirada
y luego parten lejos, su recuerdo perdura
hasta que el sol lo agosta
y la felicidad se va con ellas.
Pero aún así, si la nube lo quiere,
que derrame sus dones sobre mi cuerpo seco”.
Así me habló el wadi.un paño blanco en medio del azul.
Parecía un turbante sobre el árido monte.
Luego he mirado al wadi que hay junto al poblado
y le he dicho: “hermano wadi,
¿te gustaría que esa nube solitaria
descargara su agua sobre tu cauce seco?.
Tu orilla volvería a poblarse de hierba
y yo me quedaría al menos otra luna
engordando a mis cabras”.
Y me contestó el wadi: “Eres un ignorante,
Hermano Mahmoudian.
Las nubes son mujeres caprichosas,
derraman sobre ti la dulce miel de su mirada
y luego parten lejos, su recuerdo perdura
hasta que el sol lo agosta
y la felicidad se va con ellas.
Pero aún así, si la nube lo quiere,
que derrame sus dones sobre mi cuerpo seco”.
Con las sabias palabras de un anciano.
Mahmoudian Jarfi
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